
jueves, 27 de diciembre de 2007
EL POPULAR, publicado el domingo 23 de diciembre del 2007

sábado, 15 de diciembre de 2007

La joven pero siempre floreciente empresa editorial ALTAZOR que dirige el poeta WILLY DEL POZO, lanzó en abril de este año, mes de las letras en el Perú, la importante colección Nueva Biblioteca Ayacuchana, que consta nada menos que de veinte títulos, entre los que figura Harawipa sisan, que traducido al castellano significa flor de poesía, continuando la rica tradición y el caro legado instaurado por el primer poeta ayacuchano édito Fray Luis Jerónimo de Oré (1554-1630).
De por sí, “Ayacucho es un gran poema escondido en el ande. De nombre sagrado” a decir de Marcial Molina Richter, por ello se trata de una selecta muestra de la lírica cultivada en lengua quechua por destacados poetas como Moisés Cavero Cazo, César Guardia Mayorga, Reynaldo Martínez Parra, Antonio Sulca Effio, Abilio Soto, Carlos Falconí, Ranulfo Fuentes, Baltazar Azpur y Víctor Tenorio, hijos predilectos del lar nativo.
Hay en los versos de este florilegio fluir de aguas puras, mansas, cristalinas, luceros que preceden al alba, romerías a la vida que ensanchan los caminos más angostos, dialogantes piedras filosofales, palomas que simulan en el aire ser pañuelos blancos para despedir adioses, retazos límpidos de cielo serrano, rumor a cascadas y agradable olor a tierra mojada por la lluvia configurando bellos paisajes del ande.
Se trata, en síntesis, de un aporte fundamental en versión bilingüe que contribuye grandemente al enriquecimiento de nuestro acervo, rico en matices y diversidad cultural, pues desde sus albores, la literatura expresada en runa simi, cuyos orígenes más remotos se pierden o se encuentran en tiempos inmemoriales fue, es y siempre será fuente inagotable de inspiración aun en tiempos modernos para los haravicus contemporáneos, que viven en permanente olor a poesía en el corazón del pueblo.
Jorge Ita Gómez.
jueves, 13 de diciembre de 2007
EL CALLAO EN LA LITERATURA PERUANA POR JORGE ITA GÓMEZ

“Con piedra y cielo, con marea
y sangre vivaz, El Callao
es el puerto de América
que ha colonizado el mar”.
Antonio Sarmiento
“¡Oh Callao! yo canto viajando en tu alma:”
Juan Gómez Rojas
PRÓLOGO
Los relatos que integran EL CALLAO EN LA LITERATURA PERUANA tienen como escenario principal al Callao, los hechos de su historia y principales calles y distritos, los personajes variopintos que lo pueblan. Ello nos permite adentrarnos a cabalidad para comprender mejor su legado: el crisol de razas y etnias, que cimentan la tradición e idiosincrasia, la enjundia y el harto conocido espíritu festivo del pueblo chalaco a través de las “Bellas Letras”, tocados magistralmente por la pluma de escritores de fuste como Manuel Ascencio Segura, Felipe Pardo y Aliaga, Ricardo Palma, José Carlos Mariátegui, José Diez Canseco, Guillermo Thorndike y Eduardo González Viaña.
Por otra parte, es necesario precisar que en el Callao la poesía ha calado hondo y ganado tierra firme a la prosa en el terreno de lo literario con la aparición fundacional de sus predecesoras “Generaciones Heroicas”, que fueron abriendo brechas para su consolidación hasta el surgimiento del Grupo Literario Línea Éter a inicios de los años sesenta hasta la actualidad. Destacan en este punto los poetas Juan Aguilar Derpich, Carlos Concha Boy, Carlos Contreras Espichán, Carlos Emilio Siles; Juan Gómez Rojas, César Gallardo Guido, Carlos Alegre Ramos, Fernando Sánchez Olivencia; Ricardo Pérez Torres Llosa, Francisco Ponce Sánchez, Roberto Rosario Vidal, Carlos Orellana, Sandro Chiri, Eduardo Arroyo, Aída Tam Fox, Máximo Torres Moreno; José Gabriel Valdivia, Gerardo Fernández Valdivieso, Víctor Tataje, Mario Aragón, entre otros; así como los novelistas José Ferrando Carniglie, hijo de inmigrantes italianos, con Panorama hacia el alba y Frontera norte; y Katia Consuelo Saks Yépez, residente en Estados Unidos, con Su majestad el destino, La leyenda de todos y de nadie, La mojigata y Los títeres. Ello explicaría, de manera alguna y tácita, su no por carencia de rigor inclusión aquí, ora su ausencia y no su silenciamiento gratuito o la permanencia de su palabra en los cuadernos del tiempo de modo contundente y definitivo. Máxime por cuanto de lo que aquí se trata es no de la literatura del Callao sino de El Callao en la literatura peruana.
Añádase a ello también en el reino de sus lindes en otros diversos menesteres del quehacer cultural, los nombres egregios del poeta y músico Alfonso de Silva, entrañable amigo y compañero de bohemia de César Vallejo en el amado París de Hemingway y tantos más; del militar y escritor Néstor Gambetta Bonatti; de Pedro Ugarteche Tizón, profundo conocedor de la literatura diplomática y de Enrique Tovar R., autor de importantes estudios sobre sociolingüística y literatura peruana, española y americana; de la luchadora social Ángela Ramos; de los eminentes historiadores Alberto Tauro del Pino y Nello Marco-Sánchez Dextre; del destacado crítico literario Abelardo Oquendo, fundador de la Revista Hueso Húmero; de la artista plástico Dhyana Shor Acevedo; el de don Antonio Miró Quesada de la Guerra, periodista y político; del poeta y periodista Alan Morales López, director a la sazón del diario El Popular del Grupo La República: todos ellos nacidos en el Callao.
Terreno fecundo resulta también en este ámbito el periodismo, dignamente representado por el diario El Callao, fundado en 1883 por Darío Arrús y que goza hoy por hoy del prestigio de ser el subdecano de la prensa nacional y faro de irradiación cultural de su patrimonio. Figura como el décimo séptimo matutino más antiguo de América Latina y colaboraron en él, entre otros, nada menos que el autor de las Tradiciones peruanas Ricardo Palma. Sea resaltado en justicia también lejos de toda mezquindad la tesonera labor de difusión y promoción cultural de la Casa del Poeta Peruano, presidida por José Guillermo Vargas Rodríguez, sumada a ella la Dirección Regional de Educación del Callao (DREC). Y ni qué decir de sus instituciones más prestigiosas como el legendario Club Sport Boys (1927), cuyo plantel –de buena actuación– representó al Perú en las Olimpiadas de Berlín de 1936 y el Instituto Nacional de Cultura (INC) creado en 1987, antes Casa de la Cultura del Callao (1966), siendo su primer director el destacado escritor e historiador de primera línea Nello Marco-Sánchez.
Imbuido de ese espíritu que representa ser un chalaco por adopción y en representación de la colonia ancashina afincada en este buen puerto, iniciemos esta travesía por el proceloso mar de su literatura, como “una expansión de la memoria” con Manuel Ascencio Segura, en sendos artículos de costumbres, tal como en Me voy al Callao. Continuada o seguida por su par literario Felipe Pardo y Aliaga, con el clásico relato Un viaje.
Nuestro célebre tradicionista Ricardo Palma con ese espíritu criollo y zumbón, como que de quien no tiene de inga tiene de mandinga, se regodea también con cierto humor patibulario en La proeza de Benites (1835) al desacralizar historias de viejas y consejas de la milicia.
El alma matinal y la mente siempre lúcida de nuestro Amauta José Carlos Mariátegui tampoco podían estar ajenos a este sentimiento y se muestra muy atento a los aconteceres de la realidad chalaca en La ruta de Ícaro: asomándose al infinito.
José Diez Canseco, renovador del relato en el Perú, incorpora en sus obras la temática urbana y grandes dosis de realismo que le confieren alta gracia a sus estampas, sobre todo en su novela corta El Gaviota (1930).
Escritor y periodista de polendas, Guillermo Thorndike, a través de sus crónicas noveladas con “sencillez y maestría”, nos pinta las hazañas de las viejas glorias del balompié nacional (Sport Boys del Callao, la “U” y Alianza), en “Manguera” una historia del fútbol peruano (1975).
Llegando al punto culminante de este periplo con la novela-maravilla del escritor Eduardo González Viaña Sarita Colonia viene volando (1990), brillando con luz propia aquí el capítulo seleccionado En el Callao, los gallinazos aparecen por generación espontánea.
En fin, escritos con sobria elegancia e impecable destreza poética, en consonancia con el elevado espíritu vigoroso de sus creadores, para deleite nuestro y al alcance de todos gracias a la feliz iniciativa de la Dirección Regional de Educación del Callao (DREC), Ediciones Altazor y al impulso siempre oportuno y vital del poeta Antonio Sarmiento.
Jorge Ita Gómez
San José, octubre del 2007
EPÍLOGO
ELOGIO DEL LIBRO
(Fragmento)
“El amor por el libro exige aproximarse con fervor a su señera realidad, escrutar con unción en sus secretos, y frecuentar su trato con sincera humildad. Pues no hay libro del cual pueda afirmarse que se halla exento de sugestiones, o privado de proyección fecunda. En cada uno alienta un mensaje: y podemos considerarlo justo o erróneo, serio o frívolo, original o simplemente ecoico, pero no podemos negar que ha sido formulado para revelar una actitud sentimental, una experiencia o una perspectiva, y en cualquier caso reclama nuestra atención”.
Alberto Tauro del Pino
COLECCIÓN BIBLIOTECA CHALACA 2007
jueves, 6 de diciembre de 2007
COMENTARIO CRÍTICO: MANUEL PANTIGOSO
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HOJA DE VIDA

JORGE ITA GÓMEZ: LA EDIFICANTE DESTRUCCIÓN DE RAÚL HERAUD

miércoles, 5 de diciembre de 2007
JORGE ITA GÓMEZ: UN MOMENTO EN EL TIEMPO

El tiempo apremia y premia
En carteras gordas
Y monederos monos
Pasa sin detenerse
Con su estandarte de burla
Agrietando paredes
Haciendo mella sobre todo
Es en los cuarteles grises
Las cárceles u oficinas
Que estalla en guirnaldas
Como una gran bomba
¡El tiempo! ¡El tiempo!
Ha dejado colgado
Su huevo de Pascua
En la media rota
Que dejé colgada
Detrás de la puerta
Metiendo sus narices
En nuestros relojes
Mediando entre nosotros
En lo que no le incumbe
Instaurando su marcha
Intempérrita y triunfal
Pasa sobre nosotros
Dejándonos hecho añicos.
martes, 4 de diciembre de 2007
POR JORGE CÉSAR ALVARADO GÓMEZ

Montado en su trineo de sueños
tarareando villancicos nórdicos
volverá con su costal repleto
a visitarnos el viejo Noel.
Su corazón mercantilista
que late sólo por temporadas
revivirá en la oferta y la demanda
de los mercaderes de diciembre.
Papá Noel:
llegas puntual y elegante
a las residencias plutocráticas.
Los hogares pequeño-burgueses
te reciben con pavo y champaña;
mientras los niños escogidos
aguardan el obsequio del cielo
que repartes dadivoso con tus manos.
Padrastro Noel:
tus pasos de mensajero divino
olvidan el camino miserable
de los hogares hambrientos.
¿Sabes cómo juegan los niños humildes
en esta patria distante de Belén?
Mira sus trencitos eléctricos
hechos con cajitas de fósforos
manejados a control remoto
desde sus tiernos cerebros.
Mira las muñecas espléndidas
de material de carne y ojitos dormilones
con sus cabecitas y vientres de retazos
y sus vestidos de idénticos andrajos.
¡Qué espectáculo maravilloso de JUSTICIA!
¿Verdad generoso Santa Claus?
Hace ya buen tiempo, viejo Noel,
desiquilibraste los átomos
de mi fe cristiana.
Tu imagen hábilmente maquillada
por el imperio del dólar
se ubica en la contratapa de la Biblia.
Tu libro editado en inglés
se traduce a la sonrisa universal,
ingenua y agradecida de los niños.
¡Oh, si ellos supieran
que eres un simple sicólogo
especialista en la venta
desmesurada de juguetes!...
Adiós decrépito Noel,
cuando llores con lágrimas de cera
tu desigual reparto
el algodón de tu barba
se irá cayendo por copos
y no habrá quién se digne
a ponerte otro traje de púrpura.
Noel: algún día no lejano
los niños humildes de mi patria
encenderán la pólvora de los reclamos,
tu piñata de Sancho Panza navideño
estallará en fragmentos de estiércol
y de los tugurios hambrientos
de los barrios desdichados
brotarán Cristos desnudos y auténticos
como los que a diario nacen
en este paraíso de injusticias.
PRELUDIO
Esta mañana resplandeciente, Dios ha querido abrir su pecho para mostrarme su corazón y aprovechando la bondad de sus latidos, trato de acompasar el ritmo de mi prosa porque hoy, precisamente, pretendo modular para mi anciana madre, un canto que conlleve el unánime caudal de mi cariño.
Quiero a la luz de este motivo, reencontrarme con mi alma, ir en pos de ideas vírgenes y de metáforas sublimes.
Quiero mostrarme puro y primitivo, como el agua fresca que dialoga con los montes con su lenguaje de arcoiris y sus hipérboles de lluvia.
Quiero extraer de las entrañas del verso un Himno de Amor para mi abuela linda, que suplió con maternal ventaja, las veces que mi verídica madre no pudo realizar por temprana e irrevocable muerte.
Para ella que con sus ojitos cargados de tiempo y de infinito fue gastando sus mejores años en la crianza cotidiana de los hijos y los nietos.
Para ella que conoce el revés y el derecho de mis tristezas y de mis ambiciones.
Para ella que finalmente es el único pedestal que merece adorarse sobre la faz de este mundo.
Yo te saludo mujer, madre y abuela.
Yo te saludo, porque eres una mezcla cariñosa de latido, de sonrisa y de flor.
Yo te saludo porque tu delicado rosario de añoranzas empieza a solidificarse en la correcta realización de tus filiales retoños.
Madre mía:
Lo dije siempre, lo diré y lo digo: “Contigo lo tengo todo, desde tus pasos duros hasta tus pasos blancos. Soy millonario de ti gracias a los lingotes de oro de tu pobreza y porque sé que en medio de tantos sinsabores siempre pudiste encontrar un lugarcito para la dicha”.
Dejaré seguidamente, sobre el altar de tus manos arrugadas, un manojo de palabras con pretensiones de poema. Yo sé que tu ciencia gramatical, profunda conocedora del verbo amar en todos sus tiempos y modos te permitirá descifrar su contenido; y si algo quedara por entender la fuerza de mis besos sobre tu frente te traducirán su mensaje.
Viejecita linda, desde este papel en blanco donde escribo para ti, doy por descontado que otra vez mis versos llegarán a tu pecho y a tus lágrimas, porque a tu lado y a tu regazo inspirativo es fácil doctorarse en letras o laurearse de poeta; porque la luz con que te santiguas, ilumina la estrofa más oscura, perfecciona la palabra más tosca y brillantiza el estilo más humilde.
VILLANCICO
Cuando los repiques navideños de la Iglesia sacudan de prisa sus latidos de bronce, sacaré mi antigua guitarra de cedro y de su caja de sirena melodiosa iré desgranando en delicados arpegios, los sublimes villancicos que mis oídos de niño aprendieron de tu canto materno:
“Trompetitas de oro,
campanitas de plata,
platillitos de bronce,
vengan todos a cantar
que en humilde pesebre
Jesús ha nacido ya”...
Madre, llegará la Nochebuena en el calor de tus brazos y en tus besos de vital caricia. Así renovaremos desde el alma de Cristiana el pacto de amor entre los hombres.
Ahora comprendo por qué me decías que Dios está en todas partes, incluso en los niñitos de yeso de los microscópicos retablos. Mira sus tiernas manitas en actitud de bendecir el mundo, como si quisiera recoger una brizna de luz para iluminar el pesebre. Sobre sus pañales de paja revuelve su semilla perfecta hecha de carne y de espíritu. Es todo una víspera latente. Es todo una promesa perenne.
Madre, tú que conoces desde tu vientre el milagro existencial de la aurora, me dejarás sentirme niño para jugar con todos mis recuerdos hasta que llegue el sueño; tal vez, olvidaré por un momento el espectáculo de injusticias que hoy contemplan mis ojos: Esta ciudad es una gigantesca aldea ferial. Los que tienen compran luces de colores, juguetes y sonrisas; mientras los desposeídos muerden su impotencia y su orfandad es una lágrima inmensa. Los mercaderes han desalojado a Cristo de su templo. Los grandes pecados se han tornado en simples infracciones veniales. La fe se ha convertido en billetes circulantes mientras que Jesús palpita en el vientre de la mujer más humilde de este pueblo.
Entrañable Madre, cuando las agujas del reloj se junten a las doce como manos en actitud de plegaria, habrá llegado la Navidad y el menor de tus nietos traerá en sus manos el espíritu de Cristo brillando en el diamante encendido de las luces de bengala.
Señora mía, soportemos la paciencia de la víspera. Hoy el Redentor nos bendice desde su protoplasma divino, muy pronto lo hará desde sus manos y sus ojos.
POR SONALY TUESTA

“Verdaderamente,
ya nadie vive feliz
con este tiritar
de huesos encima”.
Jorge Ita.
1. Invadiendo otro reino. Jorge Ita y sus Crónicas Agustinianas...
Reino de este mundo es el título del libro de Jorge Ita Gómez, poeta joven. “Reino de este Mundo es un hermoso canto de amor al distrito de El Agustino, en que se da (con una suerte de gracia o milagro) testimonio veraz y desgarrado de alguna de sus calles y sencillos moradores con quienes departí instantes de toda índole”, nos comenta el poeta.
El mundo creador del autor está enmarcado en una envoltura celeste con matices rojos en el título. El dibujo principal nos sugiere ofrenda, dádiva, entrega; es una enorme mano con diversos elementos sobre ella simulando desgarramiento, angustia, destrucción conectados con significantes de esperanza: la clásica paloma, las líneas verticales, las flores.
En un mundo híbrido el que nos presenta, temas que evocan situaciones coyunturales o generales o inusitadas. Buscando en la miseria y el dolor los ecos del cambio.
“Porque a donde no había
faltaba el agua,
y cuando no era una
era otra cosa”.
Del poema “Negocio líquido”.
2. Segmentando la realidad. 4 etapas de la historia...
La naturaleza provinciana de Jorge Ita convierte a sus palabras en mecanismos de adaptación al contexto de la urbe, nostalgia por la tierra natal y sus fiestas. Por ejemplo, en “La quema del castillo” y “Festividades”:
“Aquello era la fiesta
del colorido de las luces
en cada explosión
de cohetecillos,
dibujábanse en el cielo
los colores del arco iris
tigres de bengala
platillos voladores
dragones de fuego.
Una noche de alegorías”.
3. La poesía y el fin del enlace. Recuerdos que dibujan el texto...
“Mi reino no es el
de los espejos
porque la realidad
es otra,
y porque la realidad
es otra
las cosas y los hombres cambian".
Escribe Jorge Ita ayudando a entender su reino y sus diagramas. Su lenguaje es sencillo, una suerte de reunión de palabras tratando de remontar un hecho. Existe bastante musicalidad en sus versos casi comparables a las canciones del extraditado voluntariamente del pueblo.
“Pues refrescan su palabra los aires del habla popular y los temas de la vida cotidiana de sus pobladores, mundo que ha encontrado su hogar en la poesía de Jorge Ita Gómez y que constituye naturalmente para él todo su reino”, escribe el poeta Arturo Corcuera, autor del prólogo del libro.
4. Epílogo: Siguiendo el camino...
Jorge Ita es una persona imbuida desde hace mucho en el mundo cultural, organizando recitales, dirigiendo una revista. Él también está interesado en recobrar el espacio de la poesía. Su libro es parte de este deseo y de esta línea de compartir lo escrito que muchos propugnan y hacen.
Sonaly Tuesta.
MANUEL PANTIGOSO PECERO

MIGUEL ÁNGEL GUZMÁN DÁVILA: LITERATURA DE PUNO

lunes, 3 de diciembre de 2007
RAÚL LÓPEZ GUZMÁN Y SU LEMA: PARA EDUKARTE MEJOR

Jorge Ita Gómez
HONOR AL MÉRITO
A MANERA DE EDITORIAL
jueves, 15 de noviembre de 2007
TESTIMONIO DE PARTE

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CIUDADANO DEL MUNDO
A veces me sueño estar en un país lejano, utópico y brumoso,
Lejano y distinto al que habito consuetudinariamente
Viajando alrededor del mundo en un poema
Siguiendo atento arabescos con la mirada serena
El vuelo rasante de una gaviota chillona
Acariciando la blonda y bruna cabellera del viento
Con mis manos fragantes de leproso contemporáneo
Irradiando lacios y crespos paisajes y potros bellísimos
De reluciente piel como lisas piedras planas expuestas al sol
Veloces y delicados delfines bailoteando en su hábitat natural
Alegres y graciosos suspendidos en el aire sobre su cola de turrón
Grises jabones resbaladizos en el lavabo o la ducha a la hora del baño
Atestados de peces dorados, carpas rayadas y arrecifes de coral
En mares eternamente azules de otros continentes
O en los maravillosos lagos del vecino país del sur
Y pienso en lo que pasaron separados juntos epistolarmente
Milena & Kafka/Marlene & yo/Sergio & tú sin Tito
En los días con nieve en el aeropuerto de Frankfurt y Moscú
Dos gruesas y pesadas gotas de cera debieron ser tus lágrimas
Como los míos sapotes gordos dos saltando a la fuente de agua maga
Que es este papel en blanco en que mi pena te detallo lujoso
Y pienso aun ahora en ti mi hermana En Sergio y Tito
Como en los días de los campos de concentración Nazi
Pienso en el poeta que es Nelson Ramírez V-C en Anaheim-California
En Miguelángel Guzmán & Charito Aída Kanashiro
En Claire y lo que dirá en su flamante libro de poemas
Inquieta ardilla, temblorosa libélula o multicolor mariposa primaveral
Mi amiguito Takeshi y sus ojitos jalados por Yoko Ono
Porque ese que ves en fotos y recortes
De periódicos y soy yo siempre profesor
Que va nomás por ahí barbado calzando sandalias franciscanas
Pelolargo, lentes circulares de emoción, Blue Jean gastado
Es un pobre y triste remedo y rendido homenaje
En todos los idiomas del mundo a John, Vallejo, Quevedo y John
A Dante y Chaplín en su Cantinflas
Arguedas, José María, Garcilaso Inka y Machu Picchu
A Humareda, Picasso y Dalí Salvador
Lennon siempre Lennon en la cajita de resonancias
De mi loco y alborotado corazón musical juvenil
Orquestando (IMAGINE) una canción de amor por la paz en el mundo
Bajo la intermitencia mortecina de las luces sicodélicas
De la prodigiosa década de los 60s y 90s todavía
Llorándote en versos de pie quebrado hermana mía
La estridencia de mi malhadada canción Yeyé/Dadá
Guitarra eléctrica oxidada en ristre
Desafiando soñador y Quijote vientos gigantes Molinos fuertes
Lloviznas intempestivas y granizados aerolitos andinos
Poeta Adámico, Ita Gómez Corazón, Jurado peruano Ciudadano del Mundo
Encendiendo estrellas, guirnaldas, fósforos y velas
Happy birthday to you en el claro cielo de tus ojos MALVAS.
POST-SCRIPTUM
(JOHN LENNON IN MEMORIAM)
a Nelson Ramírez V-C
Entonces la vida a ninguno de nosotros
Se nos ofrecía placentera;
Sin embargo
Tuve un hermoso sueño para ti
Lejos muy lejos del país de los rascacielos
Soñé para ti
Identikit de Kimeras/Azulejos de Cerca
Miguelángel en tanto enredaba poemas
Junto a Gustavo
Ahora tarde que trato de dar respuesta
(Escribiendo largamente) a tu ausencia
Tiembla mi pulso como el de un mendigo
Y se niega al acostumbrado lapicero
Porque de ayer a hoy he vivido
Como de costumbre
Una desesperante soledad sin voces.
Que John Lennon me perdone
Y me perdone Dios
Haber callado así
-Mamita, ¿de dónde vienen los bebitos?
-La cigüeña los trae de París, hijito!
Sentado al borde de nuestra vieja cama
Contemplo detenidamente
El paisaje de mujer que tengo
Entrando en su 5to. mes.
Y la miro allí “realisadíiisima”...
Cuánto amor hay albergado ¡y cómo!
En la redondez por reventar de su vientre.
Me paro, la miro y la mido maquinalmente;
Después la llamo con disimulo
Para decirle feliz y complacido:
“Mujer mía, has crecido en amor
Y ganádote el Premio Nobel de mi Cariño”...
Para que ella comprenda lo niño
Que yo sé ser también cuando la engrío...
Y converso con el hijo que voy a tener
De la inflación/de la explosión demográfica
Del alumbrado público y la baja policía
De la plusvalía/de las cuentas por pagar
De lo tan mal que estamos...
En fin
De lo caro que resulta vivir
O morirse en estos tiempos,
A través del cordón umbilical
Que le ata más y más a su madre;
Y esto me resulta (lógico) más económico
Que comprar RIN o hablarle por teléfono!
Yo le haré saber cuando nos venga
Que en el pueblo en que yo nací
Le esperan una vaca y un burro;
Y le enseñaré a mar por igual
A los hombres y a los animales,
La luna/el mar/la luz/el canto
Espectacular del gallo y el buen
Arte de saber hacernos necesarios!
Ha de saber a tiempo todo lo de su tiempo
Ha de saber, por ejemplo, que...
No con canciones de cuna nos dormimos
Sino con toques de queda
Y a palos nos acuestan y levantan
Nuestras policíacas obligaciones!
Él, es claro, todavía no habla
Me dirán, sin temor a equivocarse. Y
Es cierto. Pero ya siento cómo me contesta
A través de las “pataditas”
Que pega dentro del bolso de su madre.
Mi pequeño/mi bebé/si nace hombrecito
Lo bautizaré poéticamente
(Quintín L. Gómez) como mi abuelo
O le pondré el nombre de algún Apóstol Redentor;
Si es mujer la llamaré TRILCE como a su madre.
Ay, nada más espérense a que venga...
Ya lo verán...
Así de este tamañote será mi hijo! Pero
Y ¿si es mujer?
Bueno, qué importancia tienen eso ahora.
Importe más que, ya varona o varón,
Y desde mucho antes de nacer
Mi pequeño/mi bebé
Como si adivinara a lo que viene
Ya sabe, tan pequeñito(a), patalear!
jueves, 18 de octubre de 2007
LIBROS PUBLICADOS

Por: Miguel Rodríguez Liñán (*)
Espectros de manes, de súcubos y duendes traviesos, duendes familiares, esos que utilizaban nuestras abuelas para darnos miedo, pululan, serpentean, se yerguen brusca y escamosamente como cobras azuzadas por la punta de un palo muy largo… Aparte del amor a la tribu, al clan, al ácido genético –o tal vez con ellos – otros reptiles se inmiscuyen y contribuyen al veneno de las familias; en cuanto a las cobras, que son ciegas, que no saben la distancia que les separa del tierno agresor, que bailan al son de la flauta del poeta-fakir, dudan, no pasan al ataque, miran la punta del palo o fierro que las mantiene a distancia… El poeta celebra con sus propios hierros, que son las palabras, la salud del hermano que ha escapado de la muerte, dice que la sangre es tinta roja, pero dicha sangre será expuesta al viento, a la nada, sólo abocada al recuerdo y galvanizada con palabras. Geográficamente, el espacio del verso evoluciona en un espacio poético-referencial turbio y claro a la vez, en una atmósfera de hospital cargada de viento y de aire. Al enunciarlo de esta manera, el poeta, celebrando la salud recobrada del hermano, se festeja a sí mismo; se adhiere como una hormona terca a la noción de familia, siente los sufrimientos del hermano como suyos, tartamudea con asonancias, latinismos y anglicismos, vuelve con brío al monólogo interior. El lenguaje utilizado farfulla y se deconstruye. Ita Gómez hace arrodillarse las pérfidas palabras a la mala, con fuete, con espuelas y escupitajos. Y de pronto surge el santo que le pide cuentas a la eternidad, es decir al reloj, encarnación mecánica de ésta. Se fija en la belleza de las cosas, en las siluetas, en lo que sea, pero sabemos que las desdeña de manera ambigua. Ramalazos de luz solar: el poeta recuerda las noches oscuras del alma, transita incansable por los pasillos del hospital, escruta las batas blancas de doctores y enfermeros, y vallejianamente se dirige al hermano deseándole salud, lo único que vale en esta vida precaria… Estamos en Chimbote donde el hermano acostado combate con el dragón de la muerte… Se alude a la pestilencia (¿relente de cadáveres, de basurales, de barrios marginales?) mezclada al agua oceánica que redime de la pestilencia, y dice: “A muchas leguas de aquí / Apesta a pescado podrido” Luego, habla de otras cosas, pero todas sucumben ante el poder primordial del sexo. Delirios místicos, distorsiones verbales y sueños se intercalan con balbuceos líricos y telón de fondo de canciones. Hay muchos registros que se superponen en la poesía de Jorge Ita Gómez, referencias geográficas y poéticas, Fray Luis de León se codea con un vals criollo, computadoras y cigarrillos. Luego, agradablemente, desconcierta al lector con caligramas y puestas en escenas tipográficas respirando bien, con poesía. Corresponde al lector sentir la carga lírica.
(*) Marsella, 26 de mayo del 2002
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I
Laderas del Norte s/n
Yo no le puse el nombre
A esa bendita calle
Sobreponiéndome al vértigo
De la abrumadora distancia
Y a los “dolores del parto”
Desfalleciente máquina
El poeta, humanito de Dios,
Apenas concibió el poema
En la Sala de Emergencias
De un Hospital del Norte
II
Y verte de pronto tirado en la dura cama
De un hospital en Chimbote City
Me produjo -oh error de errores- horrores!
Desasosiego tremendo de penar profundis
Al verte todo magullado, luciendo
(Cabeza rapada) un nuevo look
¡Qué injusta la vida en este punto!
Para con quien no merece ni mucho menos
Ser tocado con la pluma de un ángel
O la delicada pelusa agamuzada del santo
III
No sé qué es más patético
Monótono o tedioso
En esta sala de ambiente hospitalario
Si el ruido que no causa Dios
El obcecado zumbido enloquecedor
De zancudos, relojes y moscas
En vuelo rasante por mi oreja, frente y nariz
O la cara de enfermera silenciosa
Que por donde va lleva y trae
A/b/s/t/r/a/í/d/a mi tía
Como beata en mes morado
IV
Jeringas hipodérmicas/Estetoscopio
Tijeras... Pinzas... Algodón...
Suero, sueño, y más suero
Antes de caer totalmente rendido
Y ser pasado a la Sala de Cirugía
Como un sombi en trance
Pura Química he mirado
De la cabeza a los pies
Todo mi organismo en partes
Mi humanidad más impía o devota
La vida y la muerte juntas
Tic-tac Tica-tac Tic-tac
Pendiendo de un delicado hilo
O tela de araña el milagro de Dios
V
La forma de un cierre pequeño
Le ha dejado de saldo
La intervención quirúrgica
Practicado en su frente
Horrorizado el paciente
Ha roto todos los espejos de la sala
Y toda relación sentimental
-Hasta nuevo aviso-
Con eticosas jovencitas ligth
De bien delineadas siluetas
Tampoco tampoco esto último
Es para menos o tanto
Cuando la belleza está o va
Inmarcesible muy dentro de uno
VI
El haz de luz que filtra la ventana
Empaña la retina de mis ojos
E ilumina hasta el más apartado
Rincón a oscuras de mi alma trémula
Al punto que me parece haber visto
Por los pasillos de la Sala de Cirugía
O los frescos corredores del jardín
Como un buen enferm(er)o
Vestido todo de blanco a Dios
Sufrir atribulado lo de su creación
VII
Bueno con “B” de BASA
El doctor y su aséptico
Juramento hipocrático:
Devolvernos la salud
Salvándonos la vida
A cómo dé lugar
En este mar que es el morir
Bisturí en mano
Mandil blanco
Ojo clínico zahorí
Pasa por ángel bueno
Con aires de Richard Kimble
El Fugitivo doctor(cito)
VIII
Te hablo ahora
Como se habla a un amigo
O a un hermano menor
Y no a un paciente
Sin trampa ni trucos
Eso que otros Mentiras
piadosas llaman...
Con el corazón en la mano
O las manos en el corazón
En este mes jubilar
De la rojiblanca patria
¡Sí, juro! Por la salud
De los enfermos o la libertad
De los que injustamente
La perdieron, recobrarás
La salud, hermano!
IX
Toda la norteña ciudad de Chimbote
Sufre sempiternamente de un mal
Olor Rara enfermedad Sin cura
Capital del acero y de la pesca
Hasta la nocturna brisa del mar
Por obra y gracia del viento
A muchas leguas de aquí
Apesta a pescado podrido
Ya no sé si a clorofila, alga marina
O parte íntima de mujer
Y es el tiempo en que más dinero hay
Y esto por las noches es más grave
Todavía Oiga-huela-vea-bien-usted
X
Y los mal más acompasados
Desesperados besos, rezos
Y versos del acompañante fiel
Conjurado tan grave peligro
En hartísimas noches en vela
-Gracias Señor de los Milagros-
A modo de Historias Clínicas
(“Pancho”-Francisco Enrique,
Ingeniero Mecánico de la UNI
Y etcétera etcétera etcétera”...)
Fueron a buen recaudo escritos
Minuciosa-mente en el Cafetín
XI
He soñado unos ojos mirándome.
Son los ojos de tu ausencia,
Enfermera del alma,
Mirándome a la distancia
Ligeramente rasgados
Por los buenos vientos del amor
Como los de Yoko Ono
O la cantante mexicana Ana Gabriel
En el video clip: Amigos
Simplemente amigos
Y nada más...
XII
Mi corazón: cántaro o pájaro salvaje
En la bendita arcilla de tus manos
Se cuece y contenta ennoblecido
Por el duro golpe de los años
Que a la muerte me acerca
Y de ella por ti me aleja:
Linda Bella Linda / Querubín
Alma de Dios o inquietante Musa;
Osito de felpa / Luna de otoño
Manzanita del amor / Polvo de estrellas
Media naranja o Alma gemela: Aymé
XIII
Las cuitas de amor también
Me las pasé matalascallando
En el interín de la Cafetería del IPSS...
Nunca sabré cuál era su nombre
Ni dónde vive, mas moriré llamándola
Como en el poema del poeta Parra
Con el celeste nombre de María
Que es también el de mi madre
Y el de una de mis hermanas
Por esos azares que tiene el destino
Y no por simple capricho de poeta
XIV
Lima está sola sin mí me miento.
Por carreteras mojadas del norte
A los acordes del sonero Willie Colón:
“No tiene talento pero es muy buenamoza”...
“Tiene un trasero que causa sensación”...
De esa famosa joven melancólica
No recuerdo ni el nombre que tenía
Es la distancia obrando a favor del olvido
Vida para morirla/Muerte para vivirla
Estoy ansiando... Ah, felicidad,
Ya nunca más serás conmigo...
XV
O sea flaca --patita-- qué te digo
De lo que va a la f(l)echa
He vivido al modo de un turista
Sintiéndome extranjero caracol
Camarón con cola en mi propio país
Contemplando imperturbable
Como detenido un momento en el tiempo
El polen de los helicópteros
El mar abierto en calma
La flota de barcos procurándose
El regalo de plata del mar
Desde el malecón -vista al mar-
Recogiendo para mí tus pasos
Estrellas de mar difuminados
Todo Pardo/Meiggs/Alfonso Ugarte
Signado con un numerito cualquiera
En tu más reciente libro de poemas
XVI
Por carreteras mojadas del norte a Lima
A los acordes de Willie Colón:
No tiene talento pero es muy buenamoza...
Tiene un trasero que causa sensación...
Rápido corre el autobús
Como una flecha disparada
Al obscuro azul infinito
Dejando de lado bellos (sin duda)
Encontrados desoladores paisajes
Atrás: dunas, lagartijas, espinas clavadas
Y un gran amor en su paradero final...
Rápido corre el bus Lima-Chimbote-Lima
XVII
“Dos autos que venían a excesiva velocidad
En sentido contrario uno del otro
Se estrellaron aparatosamente
A la altura del Serpentín de Pasamayo...”
-Da cuenta un avance informativo.
Hechos lamentables como estos
Me traen consigo a la mente
Todo lo ocurrido a mi hermano
Por eso a mí también como a César
En vida los famosos cóndores
Y a ti la fe de (er)ratas en tus libros
Me friegan los malos recuerdos de Coishco
XVIII
Decir Todos los caminos conducen a Roma
Es un lugar común. Ahora bien,
Entre tanto caos vehicular
Por la avenida La Marina
Y el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez
6:00 p.m. --38ºC-- Hora Punta
Novia radiante Anillo
Taxi amarillo/Vía dolorosa
O rosa de los vientos
Por mejor decir
Dime pero
Para no perderme
En y esta (im)puntual cita a ciegas
Cómo hago a tiempo para llegar a tu casa?
XIX
Es una verdadera lástima
No poder como el caracol más tierno
Llevar a cuestas nuestro lar
A toda hora por doquier:
Encender la computadora
O un cigarrillo crepuscular
A la luz de la imaginación
Oir radio Ver televisión
Poder descorchar derrepente
Una rabilarga botella de buen vino
Calzarme los nobles anteojos
Y sentarme a brindar y a escribir
Como todo ermitaño o buen sabio
Tiempos de vals y versos mejores
XX
Agradecido el milagro al santo
Por la no derr-amada sangre
Y vuelto todo a la normalidad
Decirte con palabras solemnes
Por teléfono, en poemas o cartas:
“Esto es lo más alto que he llegado”,
Como tú a mí de noche un día
El sicodélico Parque del Amor
Frente al vasto mar de Mira-flores
Tras tu anunciado y no deseado
Viaje de retorno a Hamburgo
Con el corazón contento
Te llevé a contemplar en pago:
El mirador del Cerro San Cristóbal.
JORGE ITA GÓMEZ
